Siguiendo la metáfora del
mapa general se ofrece un abanico de los posibles
recorridos por él.
Recorrer un territorio sirviéndose
de un mapa es la forma más habitual que nos permite conocer poco a
poco sus contenidos.
A partir, pues, del mapa se perfilan las grandes rutas temáticas de los campos conceptuales y los planos de individuación. Se señalan también algunos hitos o altos en el camino, algunas excursiones monográficas así como algunas encrucijadas y cruces de caminos con su perplejidad y aventura.
"Feliz quien como Ulyses hizo un largo viaje...."
I. Preliminares
II. Las grandes rutas temáticas
III. Los altos en el camino y las pasarelas entre rutas
IV. Algunos hitos significativos
V. Algunas excursiones monográficas
VI. Otros caminos
Estudiar el Hecho Sexual Humano es explorar sus
contenidos. Sin ninguna duda, los principales contenidos
son los que ofrecen sus campos conceptuales por ser
estos los principales puntos de referencia desde los
cuales regirnos. Ellos son, pues, los que componen el
primer objeto de estas grandes rutas temáticas.
El segundo objeto de estos recorridos son los distintos
planos de individuación correspondientes a los modos,
matices y peculiaridades de los sujetos. No es necesario
decir que estos recorridos pueden enriquecer los
anteriores de los conceptos y a la inversa.
2. Desde el mapa general
Si seguimos, pues, con el recurso del mapa general,
podemos plantear un recorrido para estudiar con
detenimiento el campo general siguiendo las líneas del
mapa correspondientes a dichos conceptos y planos. A
partir de ahí se abren las grandes rutas temáticas que
nos permiten ir por partes.
Junto a esta forma académica de visitar y conocer un
campo existen otras. Como sucede generalmente, hay
quienes prefieren explorar ellos mismos, por libre y a
su aire. Lo que aquí se ofrece son esas grandes rutas
temáticas de estudio que se abren desde el mapa general,
así como algunos altos en el camino y una serie de
excursiones monográficas entre unas y otras rutas.
3. La distancia y el conocimiento
Una de las ventajas del mapa y de sus distintos
recorridos es la posibilidad de recorrerlo por sus
distintas rutas, así como contar con el espacio y el
tiempo de las mismas.
El conocimiento requiere un juego de contacto inmediato
y de distancia con la realidad. Y ello sólo es posible
desde recorridos distintos que posibilitan la reflexión
y el debate entre unos y otros datos, entre unas y otras
exploraciones. Por eso es preciso ir por partes y
despacio.
Cuando decimos que todo conocimiento requiere una
distancia queremos indicar una forma de separación entre
la inmediatez de lo que llamamos vivencias y su
cotejación crítica sobre la misma.
En primer lugar esta distancia es histórica, o sea, de
tiempo: lo que a nosotros nos sucede les ha sucedido a
otros y ellos lo han estudiado y pensado como nosotros
lo estudiamos y lo pensamos ahora. En segundo lugar,
esta distancia es de unos con otros en el espacio: lo
que sucede a uno sucede a otros y cuando lo estudiamos y
analizamos podemos encontrarnos en ese diálogo de
búsqueda en torno a las mismas preguntas.
Lo que llamamos conocimiento es fruto de este ir y venir
entre los datos y la crítica de los mismos. En esta
crítica sobre las percepciones y vivencias es donde se
crea el conocimiento que es siempre el resultado del
debate y la aportación de las distintas vivencias y
experiencias.
El recorrido exploratorio incita a ese diálogo y ese
debate sobre lo estudiado. Este diálogo o debate es una
puesta en común de los contrastes. Cada cual pone su
propia contribución sobre lo que observa o descubre.
II. Las grandes rutas temáticas
1. Las rutas de los conceptos
A. Ruta de la sexuación
Así, pues, siguiendo la ruta de la sexuación, podremos
detenernos con minuciosidad en las estructuras sexuantes
y en cómo éstas se perfilan de forma evolutiva y
biográfica; en cómo los sujetos, a través de sus
distintas fases o etapas, van articulando su sexo
general a través de muchos elementos. La sexuación,
decíamos, da cuenta de estructuras.
En esta ruta encontraremos algunas respuestas a
preguntas de un gran interés. Por ejemplo, ¿Cómo se
sexuan los seres humanos? ¿Por qué sólo hay dos sexos y
no más ni menos? ¿Por qué algunos confunden el sexo con
los genitales? ¿Qué es, en realidad, la sexuación? ¿Por
qué nos interesa este fenómeno? ¿Por qué se habla mucho
de sexo y poco de sexuación?
B. Ruta de la sexualidad
A continuación, siguiendo la ruta de la sexualidad
podemos estudiar cómo, sobre esas estructuras se
articulan sus vivencias y cómo, poco a poco, construyen
sus modos propios de ser y de sentirse y vivirse
como
tal sujeto sexuado. La sexualidad, decíamos también, da
cuenta de vivencias. .
También en esta ruta encontraremos detalles de interés
sobre cómo se viven los seres humanos como sujetos
sexuados que son, sobre qué es este valor o cualidad que
llamamos sexualidad, sobre qué ofrece este concepto de
nuevo al concepto de sexo.
C. Ruta de la erótica
La ruta de la erótica nos ofrece cómo se expresan los
sujetos al mismo tiempo que se estructuran y se viven, a
través de sus sensaciones, emociones y sentimientos. En
ocasiones, de forma rudimentaria o confusa; en otras,
con más definición; pero, en todo caso, siempre como
tales sujetos sexuados. La erótica, hemos subrayado,
trata de los deseos.
En esta ruta encontraremos datos de interés para
entender el erotismo o erótica: cómo ha sido planteado
en las distintas épocas, cómo nos lo planteamos hoy y
cómo podemos plantearlo para conocerlo y valorarlo.
D. Ruta del ars amandi
La ruta de la amatoria permite detenerse de forma
minuciosa en los detalles concretos relativos al modus
operandi o know how de las relaciones sexuadas entre los
sujetos. La expresión gráfica y desenfadada de esta ruta
sería la de cómo se lo montan estos sujetos. Como ya
quedó anotado, la amatoria da cuenta de este modus
operandi. Es decir, de este ars amandi.
Una de las preguntas más sorprendentes dentro de las que
nos surgirán en el camino de esta ruta es sobre el
significado de esta fórmula clásica y lo que ella ha
aportado para el entendimiento de las relaciones
amorosas.
E. Ruta de la pareja
Si seguimos el orden de los conceptos, en quinto lugar,
a través de la ruta de la pareja podemos estudiar
también detenidamente, cómo esos sujetos se atraen y
desean y cómo se plantean vivir en pareja y no solos;
cómo se seducen y se seleccionan para hacer sus
proyectos de vida en común. También cómo, a veces, se
equivocan y qué hacen en tales casos. También fue
anotado que la pareja da cuenta de las relaciones
privilegiadas que, por encima de otras, son buscadas con
empeño.
Algunos historiadores de las ideas se han preguntado por
un dato que nos resulta sorprendente: ¿Por qué los
modelos de parejas célebres que tenemos en la historia
son sólo de tragedia? ¿Puede realizarse una pareja
corriente y ser feliz? ¿Qué es, en realidad, una pareja?
Sorprende que un fenómeno tan corriente sea tan poco
estudiado y conocido en sus dimensiones teóricas y
prácticas.
F. Ruta de la procreación
Finalmente, siguiendo la ruta de la procreación podemos
observar y estudiar cómo, en ocasiones, los sujetos se
plantean procrear, o sea, tener hijos: cuántos, cuándo y
cómo. Aunque, en líneas generales y por razones de
brevedad, sólo trataremos aquí el hecho de tener hijos,
conviene no olvidar que el concepto de procreación trae
consigo una constelación temática muy amplia. Es el caso
de la crianza de esos mismos hijos, así como su
educación y emancipación, lo que convierte a esta ruta
en enormemente rica y poblada de contenido.
Si durante mucho tiempo la procreación ha sido mezclada
o confundida con la sexualidad, hoy su separación es un
hecho incontestable. Lo que ha convertido a ambos
fenómenos en objetos de interés en sí mismos de forma
independiente. De ahí las distintas rutas que siguen una
y otra. Y de ahí la posibilidad de plantearse, por
separado, lo que cada una de ellas nos aporta.
2. Las rutas de la individuación
A. Ruta de los modos
Junto a las rutas de los campos conceptuales descritos,
el mapa ofrece las rutas de los planos de individuación
y que se sitúan en vertical, de Norte a Sur.
En primer lugar, el plano de los modos, correspondiente
al masculino y femenino. Decir masculino y femenino es
una forma de nombrar uno y otro sexo puesto que estos
son los dos únicos existentes si bien sus variedades,
como trató de mostrar Magnus Hirschfeld, son inmensas.
B. Ruta de los matices
La ruta de los matices se refiere directamente a la
heterosexualidad y homosexualidad como formas de
orientación de los deseos, sean éstos preferentemente
hacia el otro del otro sexo o sean hacia el otro del
mismo sexo.
Se ha discutido mucho sobre las mezclas o los terceros y
se ha hablado en el caso de los modos de un tercer sexo.
Como sucede también en el caso de estos últimos, las
variedades dentro de estos matices son igualmente
inmensas, manteniéndose siempre la preferencia hetero u
homo.
C. Ruta de las peculiaridades
La ruta de las peculiaridades presenta un recorrido por
la gran lista de las particularidades de los sujetos y
sus gamas de variedades. Para decirlo en términos
comunes, se trata de las que suelen llamarse sadismo,
masoquismo, exhibicionismo, fetichismo, etc. nombres que
mantendremos, a pesar de la connotación sombría y, en
ocasiones, horrorosa, que históricamente han llevado
encima, especialmente desde las teorías menores.
El hecho de que estas corrientes de pensamiento las
hayan patologizado o criminalizado no quita su carácter
de ser deseos que hunden sus raíces en el hecho común de
ser sexuados y, por lo tanto, su conocimiento resulta de
un gran interés.
Tanto la ruta de los conceptos como la de los planos de
individuación tienen un rasgo en común: su
transversalidad.
Los conceptos tienen relación entre sí, tal como ya ha
sido señalado. Por ejemplo, la sexuación con la
sexualidad; la erótica con la amatoria; y la pareja con
la procreación. Por su parte, esta transversalidad es
igualmente evidente entre los modos y los matices; y
entre ellos, a su vez, con las peculiaridades.
Algunos de estas interferencias o interacciones, según
se prefiera pueden ser observadas en el transcurso de
las distintas rutas. Y no olvidar esto será de una gran
utilidad.
Para mostrar este carácter que hoy llamamos transversal
y de interacción de las partes en el conjunto Platón
creó en uno de sus Diálogos El Ion
una imagen muy
gráfica: el conocimiento, como toda realidad humana, es
una cadena en la cual todos los eslabones forman parte
de ella.
III. Los altos en el camino y las pasarelas entre rutas
1. Los diversos motivos
Entre unas y otras rutas temáticas, lo mismo que entre
unas y otras excursiones monográficas por seguir con la
metáfora se abren o pueden abrirse lo que, en
ocasiones, son llamados temas de especial interés y en
los que puede ser útil un cierto detenimiento. Es lo que
puede ser llamado un alto en el camino por motivos de
curiosidad, dificultad, etc.
De todo ello se presentan materiales a lo largo de este
recorrido. Este puede ser el caso de las pasarelas no
sólo de unas a otras rutas o excursiones sino también de
esta a otras disciplinas por el carácter aportador de
las mismas en tales casos.
2. Debates y polémicas
En otras ocasiones se trata de temas de debate, incluso
de polémica. No es necesario resaltar el gran interés
que siempre han tenido y tienen las fecundas
controversias en las clarificaciones recíprocas y en el
avance del conocimiento por el estímulo que proporcionan
estas controversias. Estimular el debate es lo mismo que
estimular el conocimiento.
Pero sin llegar a esas grandes controversias, en
ocasiones se trata de simples debates para los que se
requiere una cierta preparación, lo que estimula el
ánimo para ello. En otras, en fin, se puede tratar de
comentarios que suscitan otras informaciones distintas a
las ofrecidas aqui.
IV. Algunos hitos significativos
Otro recurso en estas exploraciones es el constituido
por algunos hitos significativos. Hito es el nombre que
damos a un punto visible desde donde quiera que nos
encontramos. Y por ello los hitos constituyen objetos de
constantes referencias.
Destacaremos solamente dos ejemplos de estos hitos. En
primer lugar, el de las tres fórmulas de uso: la cópula,
el coito y el sexo. En segundo lugar, el de otros tres
términos frecuentes en debate durante siglos. Son Eros,
el amor y el matrimonio.
1. El triple hito de la cópula, el coito y el sexo
A. La cópula
En primer lugar, los conceptos de reproducción y placer
genital generaron la noción de cópula. La noción de
cópula es estricta y clara; y dice relación al mecanismo
del apareamiento animal por el cual el macho introduce
su pene en la hembra para que, mediante la eyaculación,
reciba ésta el esperma que fecunda el óvulo, fenómeno
por el que se inicia la concepción de un nuevo ser.
La noción de placer fue adosada a la de cópula como
recurso y ayuda para dicha función. Su uso sigue siendo
común para referirse a la reproducción de todos los
animales y especies.
B. El coito
Por su parte, los conceptos de erótica y amatoria o
ars
amandi han ofrecido la noción de coito que, también de
forma precisa, dice relación al emparejamiento humano
que puede incluir o no la cópula; pero, sobre todo, como
término propio de la condición humana, responde a la
relación de los amantes.
El uso impropio, o simplemente figurado, que se ha
asignado a esta noción de coito como sinónimo de cópula,
aunque pueda ser explicable, no corresponde con lo
esencial de sus respectivos conceptos.
C. El sexo
Finalmente, los conceptos de sexo y de sexualidad no
dicen relación ni a la noción de cópula ni a la de
coito, sino a la de identidad de los sujetos
y a sus
individualidades diferenciadas, es decir, sexuadas.
El hecho de que un uso indiscriminado y reductor haya
mezclado la noción de sexo con las de cópula y coito
sólo puede llevar a tenerlo en cuenta; pero las
consecuencias también necesitan ser tenidas en cuenta si
se quieren evitar más confusiones conceptuales que se
traducen en muchos problemas prácticos y concretos de
los sujetos al prescindir éstos de tales recursos de
entendimiento que les ofrecen los conceptos para
organizar sus distintas formas de sentir deseos y
vivencias.
D. La mezcla y su análisis
El fenómeno de la mezcla o confusión entre los tres
conceptos cópula, coito y sexo es muy reciente y puede
que sea atribuible, por un lado, a la necesidad
compulsiva y apresurada de resumir, propia de las
sociedades mediáticas; y, por otro, a un abandono de los
significados y sus matizaciones.
En todo caso, los efectos de estas confusiones no dejan
de ser claramente peligrosos, es decir, nocivos para el
entendimiento de lo que se trata.
2. El triple hito del Eros, el amor y el matrimonio
A. El Eros
Los clásicos griegos crearon el término y concepto de
Eros para designar el sentimiento de atracción y deseo
entre lo que hoy llamamos sujetos sexuados. Crearon
también un dios especialmente responsable de su
organización y distribución, de su dosificación o
reparto entre unos y otros.
A este dios le dedicaban sus invocaciones y sacrificios
para estar a bien con él. De esa manera conceptualizaron
sus deseos y organizaron sus relaciones y alianzas. Y
así estructuraron un compendio de virtudes y valores por
que cuales regirse. Fue un trabajo epistemológico y
ético. Es decir, tanto de conocimiento como de
aplicación a la vida diaria.
B. El amor
Los clásicos latinos, a su vez, tradujeron y usaron los
términos y nombres de los griegos. Y llamaron Amor
tanto
al sentimiento como al dios que daba cuenta de sus
peripecias. Donde los griegos habían venerado a Eros y
Afrodita, los latinos hablaron de Amor y Venus. O
Cupido. Eran distintos nombres para designar lo mismo en
las distintas lenguas. Y de ahí, los distintos conceptos
que responden a distintas realidades.
Los latinos hablaron de erótica y de amatoria lo mismo
que los griegos. Se expresaron con los términos de
erótico y afrodisíaco. Y, por su parte, crearon la
fórmula del ars amandi para configurar un aprendizaje de
la cultura del amor y de las relaciones, entre las
cuales situaron el matrimonio, si bien un poco al
margen, pues la importancia de éste residía en el
contrato jurídico más que en los sentimientos y deseos.
C. El matrimonio
La llegada de la
christianitas en los primeros siglos de
nuestra era trató de suprimir la cultura del Eros y la
del Amor e imponer, en su lugar, el matrimonio como
único producto divino y natural destinado a la
protección de todo orden individual y social.
Sobre esta base, la cultura cristiana luchó contra las
otras realidades y cuando no pudo suprimirlas trató de
reducirlas al seno de esta Institución. Todo lo que no
se acomodó a este fin fue excluido y considerado enemigo
y, por lo tanto, objeto de persecución y exclusión. Esto
no quiere decir que la cultura cristiana haya sido la
única corriente introductora de la abstinencia de los
placeres del amor o de la carne, en su formulación.
Pero sin duda es la que más visiblemente ha representado
esta tendencia.
D. Un análisis
Este resumen, como todo resumen o hito, necesita
matizaciones. Pero cuando hoy viajamos por este
territorio a través de los siglos nos encontramos con
estos elementos básicos de nuestra cultura y los tres
nombres Eros, amor y matrimonio resuenan como un eco y
un gran acervo de fondo. Los tres han sido mezclados a
través de la educación y las costumbres.
Su separación y análisis no resulta fácil, pero es de un
gran interés.
Privilegiar una u otra tradición lleva consigo la
consideración de unos u otros conceptos: unos u otros
valores. Y, al margen de la tradición cristiana, la
presencia de las raíces grecolatinas no se han olvidado.
Al revés, constituyen las bases de nuestros valores, tal
como crecieron desde estas raíces.
Otros hitos significativos pueden añadirse a los
planteados. Es el caso de los grandes conceptos o de las
teorías mayores y menores, así como las referencias a
los momentos estelares de la cultura clásica grecolatina
y de la Ilustración por ser ambos dos grandes momentos
de la historia europea.
En medio de estos distintos elementos que configuran
nuestra cultura es importante no olvidar la idea troncal
de los sexos su episteme que es la que, por encima de
todo, nos acompaña a través de las distintas rutas o
exploraciones.
Por eso será importante volver con frecuencia al mapa
general con vistas a no perderse entre tantos elementos
tan variados.
Para algunos el recorrido por el sexo se reduce a la
reproducción, para otros al placer. Nuestro objetivo,
sin perder de vista estos valores, está en descubrir uno
nuevo y preferente que plantea estos de otra manera
pero, sobre todo, ofrece lo que estos no ofrecen. Es la
búsqueda del otro. El otro sexuado.
Descubrirlo y familiarizarse con este objetivo resulta
una gran aventura.
V. Algunas excursiones monográficas
1. Excursión por las dificultades comunes
Algunas excursiones, sin llegar a tener la entidad de
las rutas, permiten profundizar en algunos temas de
interés de forma monográfica. Una de estas excursiones
monográficas es la dedicada a las dificultades comunes
de los sexos.
El objetivo de esta excursión es hacerse una idea de
estas dificultades para saber cuáles son y cuáles no
son, en qué consisten y qué hacer con ellas o ante
ellas.
Se trata, pues, de ver de cerca cómo muchos problemas
que han sido divulgados por las teorías menores como
trastornos o patologías no pasan de ser dificultades
generales y comunes.
2. Excursión por las dificultades añadidas
Una nueva excursión monográfica que seguiremos es la que
nos ofrece un recorrido por una serie de dificultades
añadidas. Se entiende por dificultades añadidas aquéllas
que, por una serie de motivos, se plantean en una serie
de sujetos con un plus de obstáculos o problemas. Tal es
el caso de las discapacidades físicas, psíquicas y
sociales o culturales.
La falta de conocimiento o de consideración de estas
dificultades añadidas las ha hecho crecer. Y lo
interesante es ver cómo podemos hacerlas disminuir.
3. Excursión por las peculiaridades eróticas
Una consideración similar plantea la excursión
monográfica de las peculiaridades eróticas dedicada
íntegramente a cada una de ellas de la forma más
completa posible.
Su carácter precisamente peculiar ha dotado a estas
manifestaciones de algunas preocupaciones propias. Es
posible que esta excursión resulte un poco polémica. Se
trata de un recorrido muy poco acostumbrado. Pero la
aventura es la aventura. Y esta excursión puede resultar
inolvidable.
4. Excursión por los equilibrios y desequilibrios de los
sexos
Y, finalmente, una última excursión será la dedicada a
un recorrido por los equilibrios y desequilibrios de los
sexos tal como hoy se plantean en los grandes debates de
la actualidad.
Hablar hoy de hombres y mujeres resulta no sólo un tema
de conversación sino de preocupación y discusión
teórica. Plantear y discutir sobre uno y otro sexo no es
sólo un tema de moda, sino de gran interés.
Se trata, en definitiva, de algo que concierne a uno y
otro sexo, de sus identidades y roles en sus relaciones
y en la sociedad.
Estas excursiones permiten detenerse de forma
monográfica en algunos temas de interés. Pero de nuevo
hay que decirlo sucede con frecuencia que algunos de
estos temas, por su polémica, ocupan más sitio en el
mapa del que los corresponde. Incluso, en ocasiones, se
alzan por encima de otros y condicionan el conjunto
hasta el punto de convertirse en líneas generales. La
casuística, entonces, como sucede con los árboles,
impide ver el bosque.
Es el caso de algunas dificultades comunes, convertidas
en problemas de primer orden por lo que problematizan a
los sujetos. Es también el caso de las alarmas sociales
sobre una serie de peligros suscitados por las
peculiaridades eróticas. ¿Son realmente peligros? ¿O se
trata de una instrumentación para otros fines?
Una de las ventajas de estos distintos recorridos por el
mapa es poder situar el interés de cada tema. Algunos,
perdidos en estos vericuetos, se olvidan del territorio
y se hacen un mundo de su pequeño problema. Solemos
decir entonces que se obsesionan, se obcecan, se
problematizan.
Familiarizarse con el mapa general trae consigo la
ventaja de no perder sus grandes líneas. No perder el
sentido general contribuye a entender lo concreto de
cada tema en su conjunto. Suele decirse que viajar y
conocer abre siempre horizontes. También permite una
visión más amplia. Es importante, en todo caso, no
confundir una excursión monográfica con una reducción
temática.
VI. Otros caminos
1. Ir a su manera
Estos distintos recorridos que hemos señalado hasta aquí
no excluyen otros. Por ejemplo, el que suele llamarse de
forma coloquial ir a su manera, ir a su bola.
Como es bien sabido, es algo que solemos admirar y
elogiar en el genio o el artista: en el trabajo de
creación. Y todos, se dice, llevamos un genio y un
artista dentro. En los libros sobre científicos se
celebran las casualidades y chiripas, lo que hoy es
conocido como serindipity. Y es bien conocido el origen
de algunas obras inmortales que todos celebramos.
2. Elogio de la transgresión
Nadie tiene por qué extrañarse que se haga, pues, el
elogio de la digresión, incluso de la transgresión. Los
caminos también están hechos para salirse de ellos y
perderse. La invitación a salirse de unos límites
marcados o normas fijas léase, unas excursiones
organizadas es algo que está dentro de las mismas
normas. Los experimentos o ensayos responden a esta
manera de hacer o de pensar.
No hace falta decir que la mayor parte de aportaciones
que conocemos son el resultado de estas aventuras y
transgresiones. Todos los que han abierto rutas nuevas
que luego son seguidas han pasado por sus propias
pérdidas y perplejidades. También por las críticas y la
incomprensión. Son los riesgos de la transgresión y la
aventura.
3. La dedicación
Hay, no obstante, un detalle de gran importancia en el
que todos coinciden. Es la necesidad ineludible de la
dedicación. Eso significa estudio, método o rigor en el
conocimiento. De poco sirve la inspiración si no la
escuchas y respondes a ella, si no estás trabajando
cuando llega.
En esto se distinguen las extravagancias creadoras de
las transgresiones sin rumbo. En este sentido se usa en
investigación el método de ensayo/error. En definitiva,
se trata de extravíos que no son tales, sino otros
caminos, otras formas de búsqueda y exploración: otras
maneras de conocer y descubrir.
Es bien sabido que no todos los caminos están para ser
recorridos por todos. Unos recorren unos y otros, otros.
Pero resulta muy útil pensar en las distintas
elecciones. Y en la variedad de los sujetos. En sus
libertades.
Las rutas temáticas aquí indicadas son para su
conocimiento. Conocerlas no ocupa lugar y explica las
posibilidades del mapa: la atracción de ese gran campo
de los sexos. Los seres humanos han tenido siempre una
gran inquietud por descubrir y conocer. Eso explica una
historia incansable de progreso y aventura.
Si en estos viajes no se encuentran respuestas a todas
las preguntas, ya es bastante la exploración y la
aventura del descubrimiento. El sexo, como Itaka, es de
por sí motivo de esta odisea. La Odisea de Homero ha
marcado todos nuestros viajes y recorridos. Y por eso
algunos han comparado el sexo con Itaka y sus viajes con
las aventuras que podemos leer en ese gran libro.
En el conocimiento del sexo, como en todo conocimiento,
lo más atractivo no es la llegada sino su exploración y
su aventura. El conocimiento es un camino abierto, una
continua invitación. Y la distancia entre uno y otro
sujeto sexuado sigue siendo infinita.
Por cierto, cuando en la Isla de Calipso, Ulises (Odiseo)
recibió de ésta el ofrecimiento de no morir jamás a
cambio de renunciar a Itaka y quedarse allí tranquilo y
disfrutando, éste no dudó en renunciar a la inmortalidad
y seguir su viaje: su aventura. ¿Puede un ser humano
renunciar a algo tan grande como la promesa de
inmortalidad? ¿Qué o quién había en Itaka con tanta
fuerza de seducción?